Conmovedora y en gran medida autobiográfica, La sangre del cordero es la mejor novela del estadounidense Peter De Vries, admirado por autores de la talla de Kingsley Amis y Christopher Hitchens.
Peter De Vries (Chicago, 1910 – Nor walk, 1993) tuvo una juventud muy agitada. Trabajó rellenando máquinas expendedoras y vendiendo manzanas de caramelo; fue actor radiofónico y editor de una revista de poesía. Estudió en el Calvin College y en la Northwestern Universit y. Durante la Segunda Guerra Mundial sir vió con los marines y alcanzó el rango de capitán. Más tarde fue destinado a la o s s, la agencia de inteligencia precursora de la c ia. En 194 4 se incorporó a la plantilla del Ne w Yorker, revista en la que colaboró hasta 1987. A lo largo de su prolífica carrera publicó relatos, crítica, poesía , ensayos, una obra de teatro y veintitrés novelas.
Cuenta la historia de Don Wanderhope, alter ego del autor, hijo de inmigrantes holandeses y criado en una familia de fuerte raigambre calvinista, una vida que recuerda al bíblico libro de Job, pero narrada con una fuerza y un desparpajo que lo renuevan y humanizan. Wanderhope se enfrenta desde muy joven a la enfermedad y la muerte –situación que alcanza su culmen cuando su hija muere de leucemia–, pero jamás sucumbe al abandono ni a la autocompasión: lejos de convertirlo en un ser derrotado y mudo, la terca presencia de la tragedia lo lleva a preguntarse por el sentido último de la existencia en un tono en el que la rabia y el duelo se mezclan con el ingenio, la burla y la ternura.
Así, su historia se convierte en un relato tan emotivo como apasionado y vital donde el humor y, al fin, la auténtica inteligencia suponen una alternativa a la fe ciega o a la desesperación absoluta.