
©Pep Trias
Noruega ocupa la segunda posición entre los países más felices del mundo, un ránking que tiene en cuenta como criterios la libertad, el bienestar, la salud o la generosidad. La naturaleza del país es uno de los bienes más preciados, tanto por los turistas como por sus habitantes, y uno de los objetivos principales es conservarla y respetarla para que generaciones futuras puedan seguir disfrutando de esta joya única en Europa.
A día de hoy Noruega apuesta fuerte por un turismo sostenible, dando un uso óptimo a los recursos medioambientales, respetando la autenticidad sociocultural de las comunidades, creando puestos de trabajos “verdes” y fomentando las prácticas sostenibles entre los turistas.
Empezamos nuestra ruta en Trondheim, con sus amplias calles y un núcleo urbano parcialmente peatonalizado, Trondheim resulta encantadora y posee una larga historia. Trondheim tiene un número de lugares de interés turístico que atraen anualmente a una parte importante de los visitantes de Trøndelag. La catedral de Nidarosdomen ofrece unas vistas espectaculares. La catedral es el santuario nacional de Noruega, construido sobre la tumba de San Olav. Los museos populares con exposiciones emocionantes incluyen el museo nacional de artes decorativas, el museo de arte de Trondheim y el museo del palacio arzobispal. Un museo que contrasta con ellos es Rockheim, el museo nacional de música popular de Noruega.
Seguimos hacia Kristiansund pasando por La carretera del Atlántico. Los ocho puentes azotados por las tormentas de la Atlanterhavsveien (la carretera del Atlántico), Ruta Turística Nacional, se retuercen como una serpiente marina, conectando 17 islotes entre Vevang y la isla de Averøya.
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Nos dirigimos hacia Åndalsnes y al sur de esta población encontramos la Trollstigen, esta vía cuyo nombre significa “escalera del trol” supone una ascensión o un descenso emocionantes. Declarada Ruta Turística Nacional, se terminó de construir en 1936 después de ocho años de trabajo y para darle un toque más de temeridad a sus once cerradas curvas con una pendiente de 1:12, es casi toda de un solo carril. Varias cascadas espectaculares, entre ellas la de Stigfossen, cortan sus faldas.
Nuestra siguiente parada es Geirangerfjord, un lugar Patrimonio Mundial de la UNESCO de 20km de largo y color verde esmeralda donde se precipitan bellas cascadas. Espectacular es llegar desde el norte por Ørnevegen, la carretera del Águila, el nombre que recibe el espectacular tramo final de 7m de la Rv63 desde Åndalsnes. Cada una de sus once curvas cerradas ofrece una vista, a cual más impresionante, del estrecho fiordo. Para los amantes de la naturaleza, el fiordo Geirangerfjord tiene mucho que ofrecer.
Para la mayoría de los viajeros, Nordfjord, de 100km de largo, no es más que un peldaño entre Sognerfjorden y Geirangerfjorden. Estos dos concurridos fiordos están conectados por una carretera que serpentea alrededor de la cabecera de Nordfjord pasando por los pueblos de Byrkjelo, Olden y Loen hasta la ciudad de Stryn. Stryn, Olden y Loean no son destinos en sí mismos, pero constituyen una buena base para ir a los glaciares de Briksdalsbreen y Kjenndalsbreen.
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De camino a Fjærland, descubriremos Briksdalsbreen, un glaciar temperamental: en 1997 la lengua llegó hasta su punto más alejado durante setenta años, para luego retroceder unos 500m. Fjærland, también llamado Mundal, en la cabeza del pintoresco Fjærlandsfjorden, atrae a 300.000 visitantes al año que, en gran parte, desean contemplar dos de las lenguas glaciares más accesibles: Supphellebreen y Bøyabreen.
Pese a no ser la población más bonita de la zona, Sogndal conforma una comunidad agradable y es un buen punto de partida para realizar tres magníficas rutas de un día en coche: Jostedalen y Nigardsbreen, Urnes y Lustrafjord, y el espectacular circuito de Sognefjellet.
Viajamos hacia Flåm, su emplazamiento, al final de Aurlandsfjorden, es espectacular. Como parada del popular circuito Norway in a Nutshell, recibe más de 500.000 visitantes al año. En Flåm tomaremos el Flåmsbana, esta maravilla de la ingeniería de 20km de largo sube a 864m a través de 20 túneles. Con una inclinación de 1:18, es la línea de tren cremallera más empinada del mundo. Se tarda 45 minutos en subir hasta Myrdal por la inhóspita meseta de Hardangervidda, pasando por estruendosas cascadas y hay una parada para fotografiar la asombrosa Kjosfossen.
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Los 17km de Nærøfjord, al oeste de Flåm, son Patrimonio Mundial de la UNESCO. Al lado del fiordo, de solo 250m de ancho en su punto más estrecho, hay altísimos precipicios de 1.200m, solitarias granjas y cascadas que se desploman de las alturas. Voss se encuentra en un lago centelleante, no lejos de los fiordos, y su localización le ha valido una reputación bien merecida como la capital de la aventura en Noruega. Todo el mundo acude para descender rápidos, saltar con cuerda elástica y practicar casi cualquier cosa que se pueda hacer con un paracaídas, la mayoría en los fiordos.
Y finalmente llegamos a nuestra última parada, Bergen es la segunda mayor ciudad de Noruega y se encuentra atrapada entre laderas de montaña y con vistas al mar. Bergen es famoso por las siete montañas que rodean el centro de la ciudad, el muelle hanseático Bryggen, el mercado de pescado, y uno de los mayores eventos culturales de Noruega, el Festival Internacional de Bergen, que se celebra cada año. De aquí ha surgido música con una gran repercusión en toda Europa: Sissel, Kyrkjebø, Kings of Convenience, Röyksopp, Kurt Nilsen, Alan Walker, Kygo y Sondre Lerche, por nombrar algunos.
CulturaHace 5 años
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