La dopamina es uno de los neurotransmisores que utilizan las neuronas para comunicarse entre ellas. Las funciones de esta sustancia están relacionadas con el aprendizaje, la memoria, la motivación, entre otros. No obstante, también ha empezado a asociarse este concepto con una tendencia de vestimenta.
En 2012, un estudio conducido por Kellogg School of Management de la Universidad Northwestern (Illinois) reveló que tanto las prendas como los complementos que escogemos para vestir pueden tener “un efecto en nuestro comportamiento si esa ropa tiene un significado simbólico y si tenemos la experiencia física de usar la ropa”.
A día de hoy, se puede deducir que los colores presentados en primavera-verano 2021, así como los vestidos de color rosa o arcoíris que aparecen en los desfiles de moda tienen el poder de incidir en nuestro humor y, en consecuencia, aumentar el estado de ánimo de las personas.
No obstante, esta teoría no aumentará los niveles de felicidad en las personas que utilizan prendas con tonalidades intensos como el rojo o el naranja. Si no hay predilección por ellos, la sensación será más bien de cierta inconformidad. La moda dopamina puede ayudar a las personas a sentirse más felices si, en realidad, se decantan por piezas, zapatos, bolsos y accesorios que reflejen su personalidad de una forma intrínseca.
Al respecto, Adam D. Galinsky, profesor de la universidad que dirigió el estudio, comentó que sabe que la ropa “afecta la forma cómo otras personas nos perciben y además, cómo pensamos sobre nosotros mismos”. La moda y las tendencias cada vez más efímeras afectan en gran forma que ayudan a definir la búsqueda de la anhelada felicidad o bienestar si seguimos fieles a lo que deseamos ser.
La ropa que usamos contribuye a generar un sentimiento positivo, sostiene el estudio, por lo que debemos escoger aquello que nos permite sentirnos bien con nosotros mismos. Cada vez la industria de la moda busca plasmar en los productos diversas sensaciones, lo cual ha llevado a una evolución constante, sostiene la articulista de Reviewbox, Karla Terrones.
“La industria de la moda es una de las que más se reinventa cada año. La pandemia no ha supuesto lo contrario. México se ubica entre las 30 ciudades consideradas capitales de la moda. Durante el último año, las grandes marcas encontraron en el ecommerce una forma de crecer hasta en 500 %”, refiere la redactora.
La industria textil en todo el mundo está recuperándose luego de un año con visibles pérdidas. Se estima que las empresas del sector tienen entre 140.000 y 160.000 millones en ropa sin vender y su beneficio se hunde, de acuerdo con datos de la consultora McKinsey.
La firma detalla que el desplome a nivel global se llevó el 30% de las ventas y el 90% del beneficio de las empresas del sector.