En líneas generales la mayoría de empresas permiten a los empleados acudir a sus oficinas con la ropa que quieran. Si bien es cierto que determinadas directrices sí se aplican, la libertad se evidencia en la práctica totalidad de instalaciones profesionales. Sin embargo, en los últimos meses se ha establecido una norma muy clara.
Nos referimos a la obligatoriedad de llevar una mascarilla. Cuando en el mes de marzo la pandemia del COVID-19 llegó por sorpresa a toda España no había demasiadas alternativas, más allá de las unidades quirúrgicas. Por suerte, a día de hoy se comercializan modelos de todos los estilos.
Características destacables
Hasta hace escasos meses muchos españoles consideraban la mascarilla como una especie de engorro. Ello era debido a que portarlas durante toda la jornada laboral acarreaba incomodidad e incluso marcas en la cara, amén de dolor en las orejas.
Los fabricantes, siendo conscientes de estas adversidades, se han puesto manos a la obra para dar forma a modelos que respetan la forma de la cabeza, así como la debilidad propia de ambas orejas. A pesar de ir bien ajustadas no provocan dolores de ningún tipo.
Ello es de agradecer especialmente por parte de los empleados que prácticamente no paran en su jornada laboral. Al compartir oficina con otros empleados tienen que llevar la mascarilla puesta de manera ininterrumpida. Disponer de una unidad que sea confortable es fundamental.
A dicha característica hay que sumar otra que guarda relación con la moda. En Coolture Magazine solemos tratar con tendencias y, en lo referente a las mascarillas, se evidencia un auge de las que son coloridas, así como aquellas que presentan texturas originales.
Gracias a disponer de modelos con múltiples tonalidades no es nada difícil combinar la mascarilla a modo de complemento con el resto de atuendos portados por el susodicho: camisa, corbata, falda, zapatos, tacones y un largo etcétera.
Pero la apariencia pasa a un segundo plano cuando el objetivo principal de las mascarillas consiste en combatir la expansión del COVID-19. En este sentido es destacable la existencia de unidades que integran una especie de bolsillo interior. ¿Para qué sirve?
En ellas se coloca un filtro que debe ser renovado cada cierto tiempo para que no pierda su efectividad. Gracias a dicho conjunto el trabajador reduce mucho las probabilidades de ser infectado al mismo tiempo en que evita contagiar a sus compañeros en caso de tratarse de un positivo asintomático sin saberlo.