© Damià alentorn
El paisaje de Les Garrigues perfila olivos y almendros por toda la comarca, caracterizada por un terreno seco excepto en zonas muy concretas. El olivo es el cultivo más extenso de la comarca; la variedad de olivo típico es la arbequina y su aceituna, pequeña, redonda y tensa, produce un aceite sin gran acidez, considerado el mejor por los entendidos.
Arbeca, Les Borges Blanques, Juneda, Puiggròs y una parte de Castelldans configuran un espacio que, gracias a las aguas del canal d’Urgell, permite el cultivo de alfalfa, maíz y, sobretodo, frutales. Por otro lado, l’Albi, Cervià, l’Espluga Calba, Fulleda, la Pobla de Cérvoles, Tarrés, el Vilosell y Vinaixa también producen uva destinada a la fabricación de cava y vino.
La piedra también tiene un espacio importante dentro del legado cultural de la comarca. Las construcciones de piedra seca son principalmente antiguas cabañas de bóveda, receptáculos de agua, los márgenes y los cobijos, que se construyen exclusivamente con piedra (sin utilizar ningún tipo de sujeción entre las diferentes piezas) y que quedan perfectamente integradas en el paisaje garriguense.
La Pobla de Cérvoles
La Pobla de Cérvoles es un pueblo de montaña situado al pie de la sierra de la Llena. La iglesia de la Virgen María de la Jonquera fue edificada el 1728 sobre los restos de una iglesia románica. En su interior, en el camarín, hay la Virgen de la Jonquera. Esta virgen encontrada es la patrona de la Pobla. En la iglesia se puede admirar un órgano barroco (construido por Anton Cases hacia el 1752) de exquisita policromía, totalmente restaurado por Wilfried Praet. En verano, y formando parte del Ciclo de Conciertos de los Órganos de Catalunya, en él se llevan a cabo conciertos a cargo de prestigiosos organistas; durante el año acompaña los cantos litúrgicos. También se pueden ver las Pinturas murales en el altar mayor, del año 2000, atrevida obra mural del pintor leridano de reconocido prestigio Víctor P. Pallarès, en el lugar donde había un magnífico retablo barroco, desgraciadamente destruido.
La Ermita de Sant Miquel fue construida el 1610. Acogió la imagen de la Virgen de la Jonquera hasta su posterior traslado a la iglesia parroquial. Fue entonces cuando la capilla pasó a dar culto a san Miguel Arcángel y desde entonces preside la ermita el retablo gótico de san Miguel, obra de Bernat Martorell, que estuvo allí hasta que a principios del siglo XX fue trasladado a Tarragona para su restauración y actualmente se encuentra en la Catedral de Tarragona. Actualmente en la Ermita de Sant Miquel se puede ver una reproducción hecha por el pintor Salvador Jané.
Se debe visitar el antiguo Molino de la Sociedad (1870), donde están ubicadas las dependencias del moderno Ayuntamiento y el Ecomuseo del Aceite. En el Ecomuseo hay unos paneles donde se explica la historia del olivo, los aspectos de su cultivo, el proceso de obtención del aceite, las herramientas relacionadas, etc. También encontramos los dos elementos más significativos: la muela y la prensa; la prensa, de 12m de largo (conocida como la prensa de libra, de biga o sesentavo), es una muestra de una de las cuatro prensas que había cuando el molino estaba en activo.
En 2006 nació la pequeña bodega familiar Mas Blanch i Jové en la Pobla de Cérvoles, donde elaboran vinos ecológicos de altísima calidad bajo la D.O. Costers del Segre. Las viñas están situadas en una zona de montaña, a más de 700 metros sobre el nivel del mar, disfrutando de un microclima único y un terreno muy rocoso que ofrece rendimientos medios de 3000 kg./ha.
La uva es totalmente vendimiada a mano en su punto óptimo de maduración de sus propios viñedos ecológicos. A partir de la vendimia 2014, el certificado de la CCPAE los acredita oficialmente como productores ecológicos y también cuentan con el Certificado de Sostenibilidad de la DO Costers del Segre.
Además, Mas Blanch i Jové es una bodega verde, pionera en energía solar. 110 placas solares y 48 baterías de 2500 A/h., suministran toda la energía necesaria para elaborar sus vinos. Su bodega, integrada dentro de la montaña, se quiere fundir con el paisaje, ser una parte viva. La integración se ha conseguido recubriendo las paredes con grandes piedras que se extrajeron del mismo terreno, plantando olivos en la pared exterior y alrededor del edificio, recubriendo toda la parte superior de tierra y plantas, como si fuera el subsuelo de la propia montaña y dotando a la bodega del color ocre del paisaje. La innovación es permanente. Fermentaciones espontáneas, trabajo con ánforas, huevos de cemento, barricas de diferentes tipos de maderas…
Las variedades que cultivan, garnacha negra, cabernet Sauvignon, tempranillo, merlot, syrah, garnacha blanca, macabeo y viognier, presentan unas características únicas y que son de una calidad excepcional. Sus vinos se llaman saó, una palabra catalana que habla de la tierra y significa “madurez, perfección, grado de humedad óptimo”. Vienen de la tierra y éste es un principio que siempre tienen presente.
El Viñedo de los Artistas
Guinovart, pintor catalán de reconocimiento internacional, fue un amante del arte y del vino. Era una persona con una sensibilidad especial, muy ligado a la naturaleza, a la tierra. Fuera cual fuera el tema que lo inspirara en cada momento, él siempre percibía la esencia y la sabía expresar con fuerza.
Mas Blanch i Jové se enamoraron de la obra y de la sencillez de Guinovart, él de su ilusión y de su Saó. Este fue el motivo que hizo que Mas Blanch i Jové tuviera el honor de contar con su ayuda para el diseño de la bodega y que creara un impresionante mural homenaje al mundo del vino que tanto le fascinaba, destinado a presidir su sala de catas.
Guinovart también fue el ideólogo de El Viñedo de los Artistas, una iniciativa única y pionera que integra plenamente el vino en el universo artístico: una sala de exposiciones al aire libre, en medio del viñedo, donde esculturas magistrales son testigo del crecimiento de las viñas y que actualmente cuenta con obras de artistas como Carles Santos, Frederic Amat, Susana Solano, Evru (Zush), Guinovart, Gregorio Iglesias, Esteve Casanoves, Assumpció Mateu, etc.
Desde su inauguración, en el año 2009, muchos creadores han pasado por el viñedo de los artistas que ha sido el marco perfecto de recitales de poesía, pinturas al aire libre, magia, payasos, ópera, música de todo tipo, danza, burbujas de jabón, títeres gigantes, teatro…
Todos los visitantes pueden pasear por El Viñedo de los Artistas y disfrutar de una experiencia única, rodeados de arte y naturaleza en un itinerario original donde se pisan las piedras de la viña y se pasea entre olivos y almendros para contemplar diferentes obras de arte de artistas que son un referente en su campo y para acabar con una lujosa cata de vinos y aceites.
El Vilosell
El Vilosell es un municipio de relieve variado, con pinares y encinas, a unos 3 km de la sierra de la Llena. Se trata de un pueblo con calles empedradas y envuelto de un marco paisajístico muy atractivo. En el pueblo se conservan algunos restos del antiguo castillo, un portal románico y una iglesia parroquial barroca, dedicada a santa María, que en la actualidad se compone de una única nave que acoge la capilla del Santísimo y el baptisterio. Hay una cruz gótica de piedra del siglo XIV delante de la Ermita de San Sebastián, y la Ermita barroca de Sant Miquel de la Tosca se encuentra en un lugar llamado les Fontetes.
La bodega más personal de Tomàs Cusiné
Desde el año 2003, El Vilosell acoge la bodega de autor Tomàs Cusiné, totalmente equipada para producir vino con altos estándares cualitativos, a través de una metodología propia de elaboración con un incuestionable espíritu innovador: detallado estudio de las fincas de viñedo propio en favor de una selección más precisa de las diferentes parcelas y subparcelas, investigación en torno a las variedades de uva, desarrollo de un banco de levaduras propias, fermentación de los vinos blancos en tinas de madera de 2.000 litros, uso de ánforas cerámicas de diversa capacidad…
Las 30 hectáreas de viñedo están gestionadas de manera ecológica y sostenible. Se trabaja exclusivamente con abonos orgánicos, labrando entre cepas y preservando la cubierta vegetal del suelo. Con el fin de permitir el desarrollo vegetativo natural de las viñas evitando la propagación de plagas, sólo se efectúan tratamientos mínimos de azufre y cobre. En las hectáreas en propiedad se suman otras 70 ha, de viticultores asociados a la misma zona.
La búsqueda incesante de variedades de uvas que mejor se adapten al territorio ha impulsado a Tomàs Cusiné a plantar 17 variedades diferentes, cuya adecuación a las condiciones climáticas y los suelos de la zona están sometidos a un control de investigación y desarrollo.
La finca se asienta en una zona de compleja orografía en la que se suceden numerosas colinas y vaguadas de exposición Norte que se van elevando hacia el Sur hasta la Serra de la Llena, frontera natural con otras comarcas vinícolas: El Priorat y La Conca de Barberà.
Las diferentes parcelas tienen variadas vertientes e insolaciones, gozando de una climatología muy suave a pesar de los rigores propios de la zona. Gracias a la influencia de los vientos matinales secos de poniente y más húmedos, de origen marítimo que soplan por las tardes refrescando el ambiente, incrementa el contraste térmico entre el día y la noche.
La bodega consta de dos edificaciones. La parte de vinificación se encuentra en una construcción solariega que acogió la antigua cooperativa vinícola y oleícola del pueblo. Y las instalaciones de crianza están en un moderno edificio de diseño arquitectónico anexo en la parte posterior. La visita se basa en la explicación del proceso de elaboración del vino conociendo los espacios destinados a las distintas tareas y concluye con una cata de vinos de autor que allí se elaboran.
En la tienda de la bodega de autor se pueden adquirir los vinos de la D.O. Costers del Segre que se elabora en Tomàs Cusiné: Drac Màgic Blanco, Drac Màgic Tinto, Auzells, Llebre, Vilosell, Geol, Finca Racons, Finca La Serra del Vent, Finca Comabarra y Finca Barqueres. Y también hallar literatura relacionada con la bodega, además de información turística de la zona. La enoteca también acoge las catas que se ofrecen a los visitantes.
Junto a la bodega Tomàs Cusiné está el Vilosell Wine Hotel, una acogedora casa antigua reformada y decorada con un estilo rústico moderno en un ambiente rodeado de vino. El hotel -que se puede reservar en su totalidad- consta de cocina, comedor y sala de estar con chimenea y televisor, comunes para todos los usuarios. Las 5 habitaciones -que llevan los nombres de vinos de la bodega- están equipadas cómodamente y cuentan con moderno baño propio. El jardín es otra zona común donde disfrutar y compartir experiencias con familiares y amigos en torno a la barbacoa y el buen vino.
Los huéspedes están invitados gratis a una visita guiada a la bodega Tomàs Cusiné y a catar vinos que allí se elaboran. Asimismo, la casa dispone de una selección de vinos, copas y utensilios propios para la degustación, además de bibliografía relacionada con la materia.
Les Garrigues, un patrimonio arquitectónico que hay que descubrir
Los Vilars son una fortaleza ibérica en Arbeca. Una particularidad que distingue los Vilars de muchos poblados contemporáneos es el emplazamiento en un lugar llano, prescindiendo así de cualquier defensa elevada; éste hecho es explicable por una intensa explotación agraria del terreno inmediato. Este yacimiento muestra uno de los más interesantes sistemas de defensa de la Edad de Hierro.
El Castillo de la Floresta es un castillo originario del siglo XII, de estilo gótico y renacentista, que perteneció entre otros, a los condes del Pallars, a los duques de Cardona y a los duques de Medinaceli. Destaca la torre cuadrada emmerlatada, las ventanas “coronelles” y el magnífico tejado del siglo XVI.
A un kilómetro del Cogul, en dirección a l’Albagés, se encuentran las notables pinturas rupestres denominadas de la Roca de los Moros. Son un ejemplo de arte rupestre levantino, con 45 figuras, entre las cuales hay figuras humanas, diversos animales y también inscripciones del alfabeto ibérico y latín. La Roca dels Moros forma parte de la Ruta del Arte Rupestre, que tiene por objetivo difundir los principales conjuntos de arte rupestre de nuestras tierras.
En medio de L’Espluga Calba se encuentra el majestuoso castillo de piedra, del siglo XIII, donde se puede visitar el Aula Magna, el patio de Armes, la sala de la Orden de Malta, una sala de exposiciones y un museo del campesinado.
La Iglesia de San Juan Baptista fue construida en el año 1301, es de estilo románico con fuertes influencias cistercienses. Tiene planta rectangular con una sola nave y con ábside con semicírculo, cubierta con vuelta apuntada, reforzada con arcos torales sin contrafuertes exteriores y sin decoración de ningún tipo. Conserva todavía algunas pinturas románicas, datadas en la época de construcción de la iglesia. Necesario señalar que el día 13 de junio de 1980 la iglesia de Vinaixa fue declarada monumento histórico-artístico por el Ministerio de Cultura.
Gastronomía
La cocina garriguense ofrece un gran surtido de platos en los cuales el aceite de oliva virgen extra que se elabora en la misma comarca es el principal protagonista. Los productos autóctonos son los ingredientes habituales en la preparación de los platos más representativos de la comarca.
Las almendras, la fruta dulce y la miel son algunos de los alimentos que se producen en les Garrigues. Las aceitunas arbequinas constituyen un aperitivo muy apreciado entre los garriguense y los visitantes.
Les Garrigues poseen una gastronomía rica y variada, que va desde los típicos platos de los payeses de les Garrigues, como el cocido campesino, las habas y los caracoles hervidos con alioli, hasta la gran variedad de ensaladas que se preparan con el excelente aceite que se produce en la comarca.
La morcilla negra hecha en casa, el tocino con judías o la «escudella» son otros platos comunes en todos los pueblos de les Garrigues, así como los caracoles «a la llauna», plato típico de la mayor parte de las comarcas leridanas. El pan de riñón también es típico en todos los pueblos de les Garrigues, aunque hoy en día solo se conserva en las poblaciones de les Borges Blanques y Cervià.
La «cassola de tros» es una tradición gastronómica popular que se celebra en algunos pueblos de la comarca y se caracteriza por los concursos, la fiesta y el alto grado de participación. Las «orelletes» son el dulce típico de la comarca. Hacerlas en casa por fiesta mayor ha sido una tradición que ha llegado hasta nuestros días. Actualmente también se pueden comprar en las panaderías.
El Consell Comarcal de les Garrigues organiza, junto con los restaurantes de la comarca, la Muestra Gastronómica de les Garrigues, que habitualmente se realiza cada año en el mes de noviembre. Con la Muestra Gastronómica de les Garrigues se consigue fomentar y dar a conocer la cocina característica de Les Garrigues así como el sabor tan especial que el aceite de oliva da a nuestros platos.