Galileu está enfocada a la gente joven, principalmente a los adolescentes. En muchos actos teatrales, como los Premis Butaca se dijo que a la gente joven le cuesta ir al teatro. ¿Les cuesta o no hay oferta dedicada a ellos?
Yo pienso que es una cuestión de educación ya que el papel de la cultura en el sistema educativo es casi inexistente. Esto hace que la gente joven no sepa ni que es el teatro, muchas veces porque la única obra que han visto es la que les han llevado en el instituto y que debido a la temática ni saben porque les han llevado. A los adolescentes hay que tratarles como adultos, entienden las mimas cosas. La cultura tendría que tener un papel mucho más importante del que tiene actualmente.
La obra original de Bertolt Brecht dura 3 horas, ¿a sido muy complicado reducirla a 90 minutos sin perder la esencia?
Justamente creo que lo hemos hecho es quitar mucha paja y quedarnos con la esencia. La obra original es muy larga y también habla de muchas cosas de la época que se han quitado. Esta adaptación está muy bien hecha y creo que hemos conseguido explicar lo que dice la obra.
Galileo como personaje nos pilla temporalmente muy lejos, pero la obra habla de cosas muy actuales como el abuso del poder, ¿este abuso de poder ha llegado también en la cultura?
Sí, yo creo que el abuso del poder existe en la cultura y en todos los ámbitos de nuestra vida. Supongo que es algo que ha existido desde hace tantos años, que por eso es tan difícil sacarlo de nuestra sociedad.
¿Qué es la cultura?
La cultura es un reflejo de la sociedad. También es el espacio donde el individuo puede crecer intelectualmente y personalmente, y compartir su visión de la vida de una forma menos material y más espiritual.
Ahora en el Capitol das voz a Galileo Gailei, un hombre importante en la historia de la ciencia. ¿Cuesta dar voz a las mujeres?
Muchísimo, solo hace falta mirar la cartelera. El teatro es un reflejo de la sociedad y vivimos en una sociedad machista. Durante muchos años las mujeres hemos sido tan invisibles, que aunque ahora empezaos a tener más visibilidad no es fácil quitarse esta lacra de encima. Es muy difícil como mujer dedicarse a esto, hay muchas y mucho menos trabajo. Es un tópico, pero es así.
Y entre los 45 y 65 años la cosa es aún peor…
Totalmente, si te fijas en las obras que hay escritas está la jovencita enamorada y la abuela… ¿y entre medio que pasa? Que hay muy pocos personajes y muchas actrices. Yo lo he notado al interpretar a Galileo, es uno de los papeles más interesantes que he hecho.
©Albert Armengol
Si tenemos en cuenta que las condiciones laborales muchas veces no son las adecuadas… ¿se hace muy difícil de esto?
Cuesta mucho y soy consciente de que he tenido la suerte de que puedo hacerlo. Eso sí, siempre tienes esta angustia de no saber qué vendrá en el trabajo. Yo miro el presente, ir trabajando e ir aprendiendo en cada nuevo proyecto.
Hay muchos actores que ante la falta de trabajo hacen de productos, ¿es viable?
Sí que es viable. Yo creo que también pasa que los actores vivimos de los que nos ofrecen y hay un momento que prefieres lanzarte a la piscina y hacer lo que realmente quieres. Y entonces es aquí donde nos convertimos en productores. Dicen que la carrera de actor tienes que hacértela pero hay muy poca gente que pueda escoger, así que hay quienes prefieren hacer de productor y hacer el teatro que les interesa.
¿Alguna vez has tenido que elegir un papel que no te interesaba demasiado para poder pagar el alquiler del piso?
¡Claro que sí, muchas veces! Eso sí, después te acabas apreciando el proyecto por X razones, pero sí, muchos papeles que yo he hecho no me interesaban demasiado.
Y todo empezó con Els Pirates…
Els Pirates para mí son muy importantes y espero que lo sigan siendo. Básicamente Els Pirates me han acompañado toda la vida, desde los 12 años. Con Els Pirates he aprendido muchísimo y hemos evolucionado todos juntos. Es allí donde encuentro mi esencia, la esencia de hacer las cosas y de porqué empecé.
Y luego aterrizaste en la Kompanyia Lliure, ¿qué significó entrar en el Lliure?
Primero de todo significó un bagaje y un aprendizaje muy bestia. Tuve la oportunidad de poder trabajar de una forma constante, en unas condiciones muy buenas y aprendí de muchos directores diferentes. También aprendí como funciona una institución como el Lliure y por supuesto me dio mucha visibilidad.
Con els Pirates gestionáis el Maldà. ¿Qué es más fácil, interpretar o gestionar un teatro?
¡Uf! Las dos cosas son muy difíciles, la verdad. Interpretar te da mucho más placer que gestionar un teatro. La gestión da muchos dolores de cabeza, te das cuenta aún más de cómo funciona todo y lo difícil que es. Cuando interpretas, hablo del trabajo como tal, es mucho más placentero, aunque también hay momentos de todo.
¿En qué momento tuvisteis la mala idea de gestionar un teatro, tal y como está cultura en nuestro país?
Pues mira, nos ofrecieron la posibilidad y dijimos que sí. No nos pensamos y nos tiramos a una piscina que no sabíamos si estaba vacía o llena. Pero fue una decisión que nos ha ayudado a crecer, es un tránsito de la vida. Te da muchas ventajas porque la gente nos ha conocido más, pero también te saca tiempo a nivel artístico como compañía de podernos dedicar a hacer espectáculos.
¿Qué crees que aporta el Maldá en la escena actual barcelonesa?
El Maldá como espacio ya aporta mucho. Es un teatro tan especial en sí mismo que aporta muchas cosas diferentes de los teatros que hay en Barcelona. Nuestra aportación como gestores del teatro es que damos visibilidad a compañías y espectáculos que no tendrían cabida en otros teatros.
A pesar de ser joven, ya tienes una trayectoria profesional larga. Hubo algún momento en que te dieras cuenta de que la interpretación sería tu profesión y no un simple hobbie?
Nunca ha existido este momento, yo creo que aún me estoy dando cuenta. Nunca lo he pensado, creo que como es un trabajo tan inestable que aún no me lo acabo de creer.
El teatro es tu medio natural, tu carrera como actriz se ha creado en los escenarios. ¿Qué tiene el teatro que tanto te ha atrapado?
El teatro tiene esta cosa del presente, que hoy en día cuesta mucho de encontrar, y que engancha. Esta adrenalina, el vértigo, además también tiene un proceso de trabajo muy profundo y todo esto es lo que a mí me tiene enganchada.
Aunque el teatro es lo tuyo, también te hemos visto en Barcelona Ciutat Neutral i El Crac, ¿qué tal sienta cambiar?
¡Genial! El Crac ha sido una experiencia muy chula y el cine y la televisión complementan el teatro. Yo quiero hacerlo todo pero el teatro no podría dejarlo.
Y para acabar, ¿algún proyecto de futuro no secreto que nos puedas contar?
El más inminente es el de Els Pirates que volvemos con El Somni d’una NIt d’Estiu de Shakespeare en La Seca-Espai Brossa, y después… ¡No lo puedo explicar!