En Albet i Noya elaboramos vinos respetuosos con el medio ambiente y fieles a nuestro territorio. Fuimos la primera bodega de España en implantar el cultivo ecológico y, desde entonces, hacemos nuestros vinos para la gente curiosa, aventurera y comprometida. Así es nuestro carácter, y así son nuestros vinos.
Aunque los orígenes de la viticultura en la finca de Can Vendrell se remontan a la época medieval, no fue hasta 1903 que la familia Albert se estableció en el Penedès. Ha sido la cuarta y actual generación, con Josep Maria Albet i Noya al frente, quien ha introducido métodos actuales de cultivo ecológico en los viñedos. Hoy hablamos con Josep Maria Albet i Noya, director de Albet i Noya, para descubrir este proyecto vinícola.
Un viñedo equilibrado y una buena maduración.
Ir siempre un poco más lejos, ser curioso y ser muy meticuloso.
Diversidad y frescura. Nuestro terruño tiene unas altas cantidades de magnesio que esto nos proporciona un frescor muy bueno para hacer vinos blancos y espumosos.
Nos encontramos con maduraciones más tempranas y con graduaciones alcohólicas más altas (esto, en los tintos nos ha ayudado, pero en los blancos no es tan bueno).
Nosotros estamos muy involucrados en el proyecto VRIAACC (Variedades Resistentes i Autóctonas Adaptadas al Cambio Climático). Son un nuevo tipo de variedades (hijas de las variedades actuales) que no tienen que permitir reducir o eliminar los tratamientos de cobre y azufre al viñedo y nos ofrecerán una maduración más tardía y una resistencia superior a la sequía.
Nosotros ya hace años que trabajamos el enoturismo y cada año recibimos aproximadamente 5000 visitantes, tanto locales como extranjeros. Nos gusta hacer lo que somos y ofrecer un enoturismo muy personal, de proximidad y grupos reducidos.
Estamos en un proceso de reposicionamiento y revalorización.
Creo que solo hace falta esperar que los jóvenes maduren y se hagan suya la cultura del vino. Para mi el momento de consumo de la cerveza y del vino no tienen nada que ver. Lo que no podemos es promover el vino para quitar la sed o para emborracharse, sino promover un consumo responsable, muy ligado a la gastronomía y la cultura. No hace falta luchar contra la cerveza sino consolidar el consumo del vino. Dicho esto, también es verdad que, para llegar a la gente joven, hay que rebajar la liturgia del vino. Tapones de rosca y etiquetas atractivas sería una de las soluciones.
Quiero hacer un esfuerzo para reposicionar los espumosos en El Penedés. Ya en 2013 decidimos abandonar la DO CAVA para dar valor a una nueva marca, el Clàssic Penedés, con vinos elaborados con uvas ecológicas y del Penedès, y con crianzas más largas. Ahora estamos en conversaciones con otras bodegas para crear una nueva denominación de espumoso de calidad y esperamos tener novedades pronto.
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