Cerveza Bachiella es ilusión, pasión y tradición, ingredientes que se suman a la cebada, al lúpulo, a la armonía de la levadura y a la pureza del agua, una combinación que hace que sus cervezas sean especiales. Hoy hablamos con Javier Román, maestro cervecero de Cerveza Bachiella, para que nos explique más sobre el proyecto.
Para elaborar una buena cerveza artesana, ¿qué es lo más importante?
Calidad de los ingredientes, control meticuloso de la elaboración y paciencia.
¿Puedes definir en tres conceptos tu filosofía cervecera?
Calidad, tradición e innovación.
¿Crees que hay una cerveza para cada ocasión?
Por supuesto. No es lo mismo un momento de ocio en compañía, que un atardecer veraniego en soledad, o una cena con tu pareja. Y si hablamos de comida, hay estilos que maridan mejor que otros con según que platos, como por ejemplo nuestra Ginger & Lima, perfecta para acompañar la gastronomía asiática, o nuestra IPA, ideal para combinar con una tabla de quesos curados.
¿De dónde provienen los lúpulos que utilizáis para vuestros productos?
De Republica Checa y Reino Unido. Aunque últimamente estamos testando lúpulo de Aragón.
¿En qué os basáis a la hora de crear vuestras cervezas artesanas?
En inquietudes propias, aunque siempre intentamos equilibrarlas con la tendencia del movimiento cervecero y lo que vemos y oímos entre nuestros clientes.
¿Cómo valoras la legislación actual respecto a las cervezas artesanas?
La legislación actual está pensada para grandes cerveceras, algo totalmente alejado de la realidad de pequeñas cerveceras como la nuestra. Hoy en día no hay ni siquiera una definición oficial de lo que es una cerveza artesana, ¿por litros producidos?, ¿por el proceso de elaboración? Amén de los impuestos. Iguales para todos, aunque evidentemente no es lo mismo una macro cervecera que produce miles de litros, que una nano que produce una ínfima cantidad respecto a las grandes. Por lo que es necesario que la ley se adapte también a la realidad del día a día de los pequeños productores, en un sector ya de por si muy complicado, y en el que cualquier incentivo económico es fundamental para su supervivencia y estabilidad laboral.
Actualmente las grandes empresas cerveceras ocupan la gran parte del mercado de consumidores, ¿cómo pueden luchas las empresas de cervezas artesanas para hacerse un hueco importante en el mercado?
Hay que seguir dando a conocer al gran público la cultura cervecera como ya ocurrió con el vino, las virtudes y oportunidades que ofrece este nuevo sector. Luego el consumidor ya decidirá, pero debe tener toda la información a su alcance. Y eso pasa por seguir produciendo cervezas de calidad, y que las vías de comercialización apuesten por las cervezas de cercanía, fundamentales para las economías locales. Al final no es competencia. Hay un estilo de cerveza para cada momento.
¿Qué modelo de producción y packaging utilizáis para ser respetuosos con el medio ambiente?
Nuestro proceso de elaboración es en su totalidad humano, a excepción de los procesos más delicados, que hacemos uso de la tecnología. Reciclamos además todos los desechos originados tras el proceso. En cuanto al packaking usamos botellas de vidrio (estamos adheridos a Ecovidrio), barriles reciclables y packaging de cartón también reciclable.
España es un país consumidor de cerveza, pero ¿cómo valoráis la cultura cervecera en nuestro país?
Pues como comentaba anteriormente, estamos en el camino de la “culturización”, poco a poco, sin prisa, pero sin pausa.
¿Qué planes de futuro tenéis que se puedan contar?
Alguna nueva variedad… Y una zona de cata y degustación para dar a conocer precisamente esa cultura cervecera en nuestro territorio.