Xavi Flores y Ruth Perez se reencontraron entre plásticos rígidos y mallas metálicas, en un rincón del «Servei Estació», conocido almacén de herramientas y materiales de Barcelona. Él iba a buscar piezas para una lámpara; ella espuma para insonorizar una nevera. Tras muchos cafés, recuerdos de sus años en Elisava y otras cosas de mal contar en una revista, crearon COMPEIXALAIGUA.
Les unía la visión del objeto como una entidad necesitada del usuario y viceversa. Visión muy influenciada por el trabajo de diseñadores como Emili Padrós, Ana Mir, Martín Azúa, Martí Guixé, el grupo Droog design y las artistas Rebecca Horn y Lygia Clark. Los objetos de COMPEIXALAIGUA no son seres independientes, inmóviles e inalterables; dependen del usuario para tener un desarrollo completo –«Invitamos al usuario a ser partícipe, a tratar con el objeto sin miedo ni respeto y porque no, a veces con una alta dosis de humor»-. Bols que cambian de forma según tengamos que cocinar o comer; dedales de chocolate para mancharnos la cara como cuando éramos pequeños; jarrones, que si no nos han traído flores, podemos usar como consolador, o fundas de iPad que se ayudan de los objetos de alrededor para mejorar la ergonomía.
Fotografía
Noemí Moreno – Studio Central
Vestuario
Llamazares y de Delgado
MUAH
Isabel Temprado
Asistente de iluminación
Toni Ros
Making-of
Mir Esteba