Las botas se han convertido en complementos indispensables en muchos armarios. Protegen del frío y de la lluvia en pleno invierno, estilizan nuestras piernas y combinan con casi todos los looks. Las hay de muchos tipos, desde botas de futbol, de tacón, planas, de caña alta, botas vaqueras o estilo cowboy.
En el artículo de hoy, haremos un recorrido histórico para descubrir los orígenes de las botas y como se han convertido en un objeto de deseo.
Orígenes
En muchas pinturas rupestres ya aparecen las primeras botas rudimentarias que tenían como objetivo proteger el pie de las inclemencias del tiempo y de las irregularidades del suelo. En Mesopotamia y Egipto, las primeras civilizaciones fueron testigos de la presencia de la bota en el día a día.
Durante muchos años, fue un calzado casi exclusivo para hombres, las mujeres solo solían llevar botas cuando montaban a caballo. En 1840, la Reina Victoria puso de moda la bota femenina, fue su zapatero de confianza, J. Sparkes Hall quien confeccionó la “Bota Balmoral”. Esta bota estaba pensada para largos paseos diurnos y para las fiestas posteriores.
Botas listas para la batalla
La historia de las botas también va ligada a la historia mundial y a sus conflictos. Seguramente los romanos fueron los primeros en notar las ventajas de tener un buen calzado en el frente militar.
Las típicas botas militares tenían tacos de goma dura, muy resistentes y ofrecían un mayor agarre a los soldados. Actualmente existen las botas goretex, que son completamente impermeables, pero aún así permiten que el pie transpire.
Con la llegada del punk y el grunge, las botas militares mujer se han convertido en un complemento indispensable de los looks más rompedores y atrevidos.
Años 80 y la bota cowboy
Las modas también han tenido un papel protagonista en las botas. En los años 80, se puso de moda las botas cowboy. Una tendencia importada del mundo rural de Estados Unidos, que subió junto a los Levi ’s 501 y que ahora está presente en todas las pasarelas del mundo.
La bota vaquera suma los tacones, cuya altura varía según la moda y con decoración tradicional. La industrialización e introducción de nuevas tecnologías durante el siglo XX provocó una mejora en la producción y sobre todo en la decoración de botas, con nuevas técnicas, adornos y materiales.
Botas y el cine
Como hemos dicho anteriormente, las botas se han sumado a las diferentes tendencias, muchas veces con orígenes en el cine.
En 1952, Debbie Reynolds sobrevivió a un día lluvioso en Cantando bajo la lluvia, gracias a sus gruesas botas negras de caña media.
En 1992, Michel Pfeiffer’s lució como nadie las botas con tacón de aguja en Batman Vuelve. Unas botas necesarias para realzar su traje de gato de latex.
En 1993, las botas de montaña se pusieron de moda gracias a Jurassic Park y el look de exploradora chic de Laura Dern.
En 1995, los botines militares se convirtieron en un complemento cool. Los botines de inspiración grunge que llevó Liv Tyler en Empire Records siguen siendo memorables.
En 2006, el diablo vistió de Prada, pero cualquier look que se precie empieza por unas botas de Chanel de caña alta.