Los inicios de la historia de la Bodega J. Miquel Jané se remontan a finales del siglo XIX, fecha que es el inicio de la actividad de la bodega. En aquellas épocas, producían vino a granel y se distribuía principalmente en Cuba, gracias a que la familia era propietaria de una empresa de fragatas que cruzaban el océano.
De nuevo una mujer Bernadette Miquel Vacarisas, lidera ahora la actividad de la Bodega Miquel Jané, manteniendo bien vivo el heredado norte familiar hacia la excelencia, como demuestra el logro de un vino como el Sauvignon Blanc. En su acción también está bien presente el ánimo de que los vinos de la bodega vuelvan a navegar por mares y océanos.
La Bodega Miquel Jané cuenta con una larga historia que se remonta a finales del siglo. XIX. ¿Cómo valoras la trayectoria de la bodega hasta la actualidad?
La primera generación familiar tuvo desde sus inicios una gran vocación exportadora: antes de que el vino se vendiera embotellado ya exportaban en barriles a Cuba transportándolos en fragatas.
La segunda generación inicia una expansión territorial comprando varias fincas vinícolas localizadas siempre en el Alt Penedés, fieles al amor que sentían por su tierra y elaboran vino en las propiedades, algunos de sus vinos obtuvieron premios reconocidos en la comarca.
Es con la tercera generación que se renueva el espíritu exportador, se abandona la exportación de vinos a granel y empiezan a embotellar sus vinos con marca propia “Miquel Jane” (apellidos de la tercera generación) que actualmente se comercializan en las América, Asia y Europa.
La cuarta generación ha abierto nuevas líneas de negocio: Un enoturismo muy activo incluyendo la restauración en la misma finca y servicio de elaboración de vinos y embotellados para viticultores de la comarca con la vocación de dinamizar y colaborar con el sector.
La cuarta generación conoce bien la historia familiar, sabe de sus éxitos y fracasos y tiene muy presentes las lecciones de todas ellas que les ayudan a alcanzar sus logros y sortear y hacer frente a sus dificultades.
Para elaborar un buen vino, ¿qué es lo más importante?
La materia prima sin duda. La uva que llega en su punto óptimo de maduración a la bodega. Identificar bien tu terreno, tu climatología y las cepas que mejor se adaptan es por tanto lo más importante y en la búsqueda de las variedades dar prioridad a las variedades autóctonas de tu zona.
Vuestros viñedos están situados en el Penedès, en Font-Rubí. ¿Qué particularidades os da el territorio en vuestros productos?
El territorio del Penedès se divide en Alto, Medio y Bajo Penedes. Font-Rubí, está situado en una zona elevada del Alt Penedès. Los vinos que producimos por tanto son “vinos de altura”; “vinos de montaña”. Ello nos da un carácter diferenciado dentro de la misma DO Penedes:
Estamos en terrenos poco fértiles, nuestras cepas producen pocos kilos de uva y ello comporta la obtención de frutos con gran concentración aromática. La uva de Font-Rubí es muy apreciada por los bodegueros.
Habéis apostado por la agricultura ecológica, ¿qué dificultades y beneficios habéis encontrado? La dificultad es adaptarse a la regulación administrativa: Un error estrictamente administrativo o formal suponer que tu vino un año no pueda llevar el sello ecológico, aunque hayas cumplido estrictamente con todos los parámetros ecológicos.
No hemos tenido dificultas en adaptarnos a la manera de trabajar en la vid y en la bodega. Supone ser muy constantes, estrictos y muy conscientes de que los tratamientos tienen que ir en la dirección de la prevención para evitar las enfermedades más que combatirlas y por ello hay que estar muy atentos y actuar en el momento. Esa es la clave
¿Cómo han influido los efectos del cambio climático en vuestros viñedos y en general en la zona?
Adelantando las cosechas una media de 10 días en los últimos años. Sequias más severas y lluvias que no esperadas que te frenan las plantaciones y comportamientos y recciones en las uvas hasta ahora desconocidas. La tecnología ayudará al viticultor a encontrar soluciones para dichos cambios.
Actualmente eres la gerente de las bodegas, tal y como hizo años antes Antonia Jané Pascual. ¿Ha sido difícil abrirse paso en un sector dominado tanto por hombres?
Antonio Jane Formosa (1º generación) tuvo solo 3 hijas así que la segunda generación, entre ellas Antonia Jané Pascual se responsabilizaron del negocio de forma natural. Mi entrada en el negocio fue similar: Es un negocio familiar pequeño donde no existía una estructura muy jerarquizada. Me inicié ayudando a mi padre en el negocio y tras su fallecimiento en 2011 ocupé adquiriendo su responsabilidad.
¿Cómo es trabajar con la familia? ¿Tus padres te dieron algún consejo?
Trabajar con la familia ha sido bueno. Siempre me he identificado y me he sentido parte del estilo empresarial propio y característico familiar. Nuestras máximas: el secreto para que las empresas familiares subsistan, los intereses de la empresa se respetan por encima del interés propio. Conseguir éxitos a través del esfuerzo y la importancia de cuidar a las personas que trabajan contigo.
Muchas Bodegas luchan hoy día por hacerse un hueco en el pujante sector del enoturismo, ¿qué ofrece de diferente la Bodega Miquel Jané al visitante?
La bodega inicio sus andares enoturísticos en el 2005, siendo una bodega pequeña fuimos de los primeros. Desde el principio nos diferenciamos ofreciendo una visita muy completa de tres horas que se asemejaba más a un curso de viticultura, enología y cata concentrando en ese tiempo los aspectos didácticos más fundamentales. Nuestras visitas desde el inicio gran aceptación y apreciaban la diferenciación, recomendándonos y repitiendo la experiencia.
También fuimos pioneros en ofrecer actividades complementarias a nuestra visita (packs con hoteles de la zona, rutas a caballo, 4×4, segways y bicicleta entre viñas) hasta que completamos el ciclo haciendo un restaurante en la propia bodega con un estilo muy propio (solo cocinamos a la brasa de cepas viejas que dan a nuestros platos un sabor único).
El hotel -Masia rural es nuestra siguiente meta. Ya estamos rehabilitando una casa que tenemos en propiedad, un paraje idílico para disfrutar de unas hermosas vistas a viñas y bosques y de un silencio y una paz que enamorarán.
Habéis sido reconocidos con premios importantes. Por ejemplo, el Baltana Selección ganó la medalla de plata en el Decanter World Wine Awards del 2014. ¿Cómo valoras este reconocimiento?
Una medalla es un reconocimiento nacional y/o internacional y como tal son importantes y dan prestigio. Sin embargo, nosotros no nos obsesionamos. Intentamos estar más atentos al termómetro de nuestro alrededor, el de nuestros clientes.
Además, vuestro Sauvignon blanco ha ganado dos años seguidos la medalla de oro en el Concurso Mundial de Sauvignon en 2014 y 2015. En 2016 también ganó la medalla de bronce en los Decanter World Wine Awards 2016. ¿Cómo es la elaboración de este vino?
El secreto de nuestro sauvignon es la perfecta adaptación de la variedad a nuestro terruño. Nuestras viñas están situadas en el Alt Penedès (casi a 500 metros de altura) donde se sintetizan muy bien los aromas. Sin duda uno de los secretos fue escoger un clon de Sauvignon muy restrictivo en cuanto a producción de manera que tenemos un rendimiento de 3000kg/ha, muy por debajo de los rendimientos comunes de la variedad de 8000kg/ha.
Ello supone que los pocos racimos que se producen en cada cepa concentran gran cantidad de la sustancia y carácter de la tierra. La uva Sauvignon que entra en nuestra bodega viene cargada de aromas muy concentrados que la hacen muy singular en el Penedes.
Fruto del éxito de nuestro vino Sauvignon hemos sacado al mercado nuestro espumoso clàssic penedès elaborado 100% con nuestra uva Sauvignon.
¿Qué planes de futuro tenéis que se puedan contar?
Continuar impulsando el enoturismo y transmitiendo la cultura del vino a nuestros visitantes para que entiendan un poco más cada vez que descorchan un vino que es la gran asignatura pendiente.
Nuestros clientes deben entender el vino que beben. A mí me gusta decir una expresión: “Si bebes y no sabes qué bebes, te estás bebiendo el entendimiento.”
Acabar el ciclo enoturistico con el hotel/casa rural.