Tras el sofocante calor del verano y antes de que llegue el frio de invierno, el otoño es una de las mejores épocas del año para viajar. Con la vista puesta en el puente de diciembre os proponemos cinco escapadas para desconectar del día a día.
A la hora de elegir una escapada se nos abren un sinfín de opciones, lo mismo pasa con el vino. En el mercado encontramos vinos blancos, tintos, rosados, espumosos… seguramente lo más difícil de elegir un vino es justamente esto, decidirnos. Además, encontramos propuestas de grandes bodegas y también productos que nacen en bodegas pequeñas y con productos muy especiales.
Y mención aparte merece la modernización que ha hecho el sector del vino a la hora de presentar sus botellas. En sus etiquetas encontramos verdaderas obras de arte y diseños gráficos muy innovadores. Botellas que merecen ser guardadas una vez disfrutado el vino para mantenerlas como decoración en casa.
A estas alturas no hace falta hablar de los beneficios que nos aporta una copa de vino, tanto en las ocasiones especiales como en nuestras comidas diarias. ¿Hay algo mejor que una escapada espectacular, con aquella persona especial y un buen vino? Marida mejor tu vida con_vino.
Escapadas históricas
En nuestro país encontramos muchísimas ciudades que tienen una gran historia detrás que bien merece descubrirse.
Hay varias razones por las que la visita a Santiago de Compostela es obligada y no sólo para los peregrinos. La primera y más importante, la fabulosa Catedral con su opulenta fachada del Obradoiro, la puerta de las Platerías y, ¡cómo no!, el mítico Botafumeiro. La segunda, su centro histórico en general. Calles estrechas empedradas, pórticos encantadores y monumentos en cada esquina tampoco son para menos.
Sevilla es de las mejores ciudades de España que no podrás dejar de ver por muy poco tiempo que tengas durante el año. Y es que pocas ciudades españolas pueden presumir de tener tanta historia, monumentos de interés y rincones con encanto como esta joya del sur. Lo que, por supuesto, no te puedes perder de tu visita a la capital andaluza será la Giralda y los Reales Alcázares.
Córdoba es una ciudad con una monumentalidad incomparable, con la Mezquita o el Puente Romano a la cabeza como principales estandartes. Estas son razones más que suficientes para que su visita sea obligatoria. Y por si fuera poco, añadiremos un par más: el salmorejo, solo o con berenjenas fritas, y el rabo de toro estofado.
A Coruña es una ciudad española bonita donde las haya. Rodeada por el Atlántico, esta ciudad hará que te sientas en el corazón salvaje y verde de España. Una visita a la torre Hércules, el faro más antiguo del mundo, y a sus abrumadores alrededores es obligada.
Toledo es una de las ciudades medievales más bonitas de España. Sus calles empedradas, los arcos, plazas y monumentos te harán volar la mente hasta épocas de alatristes y quijotes. Pasea por sus estrechas calles, fotografía el Alcázar, admira la obra de El Greco y disfruta de unas migas manchegas regadas con vino.
Hay muchísimas opciones para disfrutar de un fin de semana o de un puente para pasarse el día andando por las calles de los cascos históricos. Descubrir la historia y acabar en un restaurante, mirar la carta, dejarse aconsejar por un sommelier y disfrutar de la gastronomía local.
Escapadas cosmopolitas descubriendo los grandes museos
Los museos nos ofrecen aprender y descubrir, son en sí mismos un recorrido por las obras artísticas, literarias y arquitectónicas más impresionantes de nuestro país.
El Museo Nacional del Prado dispone de gran número de cuadros de maestros europeos de los siglos XVI al XIX, su principal atractivo radica en la amplia presencia de Velázquez, El Greco, Goya (el artista más extensamente representado en la colección), Tiziano, Rubens y El Bosco, de los que posee las mejores y más extensas colecciones que existen a nivel mundial.
La característica más llamativa del Museo Guggenheim de Bilbao es el innovador edificio en el que se emplaza, constituido por formas curvilíneas y retorcidas diseñadas por Frank Gehry, recubiertas de piedra caliza, cortinas de cristal y planchas de titanio. Las exposiciones en el museo cambian frecuentemente y contienen principalmente trabajos realizados a lo largo del siglo XX, siendo las obras pictóricas tradicionales y las esculturas una parte minoritaria comparada con otros formatos e instalaciones artísticas y formatos electrónicos.
Las obras del Museo Picasso de Málaga abarcan las innovaciones revolucionarias de Picasso, así como la amplia variedad de estilos, materiales y técnicas que dominó. Desde los primeros estudios académicos a su visión del clasicismo, pasando por los planos superpuestos del cubismo, cerámicas, sus interpretaciones de los grandes maestros y las últimas pinturas de los setenta.
El Museo Nacional de Arte Romano de Mérida es uno de los edificios Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, formando parte del Conjunto Arqueológico de Mérida. Actualmente el museo alberga más de 36.000 piezas.
Cada ambiente y espacio del Teatro-Museo Dalí de Figueres es una obra de arte, con sugerentes combinaciones de cuadros, esculturas, muebles, decoraciones y todo género de curiosidades. En muchas de las habitaciones las paredes y los techos están completamente cubiertos de enormes murales: algunos son composiciones originales mientras otros son ampliaciones de sus famosos cuadros.
Enoturismo para los amantes del vino
El enoturismo va más allá del conocimiento de los lugares, de sus monumentos y de sus gentes: significa también sumergirnos en un mundo de sensaciones, olores y sabores que nos hacen descubrir la cultura, la tradición y las costumbres de un territorio vitivinícola.
Visitar bodegas y las famosas bodegas-catedrales, conocer de primera mano el método de elaboración del vino, iniciarse en el sutil arte de la cata, descubrir la combinación gastronómica perfecta para cada vino… ¡opciones para todos los gustos!
Escapadas frente al mar
El final del verano no tiene por qué significar la despedida de la época playera. Nuestras costas son mucho más que sombrilla y bañarse, algunas están en parajes naturales tan impresionante que son un espacio perfecto para hacer un paseo, llenar la mochila de quesos y vino y hacer un picnic con unas vistas inigualables.
La dificultad de llegar hasta la Playa del Silencio en Asturias ha hecho que se conserve prácticamente virgen y que la naturaleza predomine en el paisaje. Las rocas abruptas que se adentran en el mar aportan un plus de belleza a la costa cantábrica, lo que convierte a la Playa del Silencio en un auténtico espectáculo para los amantes de la fotografía.
Tan salvaje es el entorno de la Playa de Cofete, parte del Parque Natural de Jandía (Fuerteventura), que no se puede acceder a ella en cualquier coche, sólo los todoterrenos aguantan las cicatrices de la tierra en esta parte de la isla. Eso sí, el traqueteo merece la pena por su arrebatador perfil.
Con un idílico pueblo pesquero como centinela del litoral, la Playa de Zahara, en Zahara de los Atunes, Cádiz, dibuja un perfil paradisíaco de seis kilómetros de arena blanca y banda sonora marina.
Entre Mazagón y Matalascañas, y tras un kilómetro a pie, se llega a la playa onubense de Cuesta de Maneli, un paraje costero aún virgen que encandila a todo el que lo pisa. Vegetación dunar y atardeceres de cine son los reclamos de este trocito del Parque Nacional de Doñana.
El difícil acceso ha propiciado que la Playa de El Cañuelo en Málaga, no haya sido alterada por la presencia humana. De hecho, para llegar hay que dejar el coche sobre la colina que rodea a la playa, pero la recompensa vale mucho la pena.
Disfrutar de la naturaleza y los paisajes que nos ofrecen los Parques Naturales
Aire puro, naturaleza y belleza. Si lo que nos gusta es perdernos entre árboles y tranquilidad, en España tenemos los destinos ideales para hacerlo. Lagos glaciares, desfiladeros de infarto, humedales visitados por las aves de toda Europa e islas que han permanecido intactas a la mano del hombre, son algunas de las sorpresas que nos esperan si nos aventuramos a conocer nuestros Parques Nacionales.
Situado al norte de la provincia de Lleida, el Parque Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici se caracteriza por tener un sinfín de lagos, más de 200, entre los que destaca especialmente el de Sant Maurici, de origen glacial y situado a 1.900 metros de altitud. Los más valientes pueden atreverse a descubrirlo haciendo la conocida ruta Carros de Foc, que conecta todos los refugios de montaña de la zona.
Situado en el centro de la Península Ibérica, Cabañeros (Ciudad Real) es uno de los rincones protegidos más valiosos de los Montes de Toledo, rodeado de fauna ibérica amenazada y con fósiles de más de 500 millones de años de antigüedad. Sus sierras y macizos cubiertos de bosque y matorral mediterráneo dan cobijo hoy a gran variedad de aves y mamíferos entre los que destaca el águila imperial ibérica, el buitre negro, el corzo o el jabalí. Una de las curiosidades que no podemos perdernos es ver las cabañas de carboneros y pastores que dan nombre al parque y que todavía se conservan.
Los Picos de Europa representan los ecosistemas ligados al bosque atlántico, con paisajes moldeados por la erosión glaciar y en los que la presencia de lagos es muy abundante. Los más significativos son, sin duda alguna, los de Enol y Ercina, conocidos como lagos de Covadonga. Entre los paisajes que más nos impactaran en este enclave se encuentra también el desfiladero del Cares, al que se ha llegado a llamar la Garganta Divina.
Desde la ría de Arousa hasta la de Vigo se encadenan las Islas Atlánticas de Galicia, único Parque Nacional de Galicia, que con sus vertiginosos acantilados embellecen todavía más el paisaje atlántico. Matorrales, dunas, playas y fondos marinos de riqueza excepcional conforman este paraje único custodiado por los cañones de los antiguos buques hundidos en sus aguas. Sin duda alguna, el enclave más bello y conocido de este parque son las Islas Cíes, un oasis de naturaleza en el que encontramos playas espectaculares como la de Rodas, considerada una de las mejores del mundo.
De los cuatro impresionantes Parques Nacionales que existen en las Islas Canarias, Garajonay (en la isla de La Gomera) destaca por su singularidad. La niebla procedente del océano cae sobre sus bosques dándoles una constante humedad que les hace parecer una auténtica selva, como salidos de una película de ciencia ficción. Al caminar por este Parque Natural, estamos haciendo un viaje al pasado de miles de años. Los valles donde encontramos estos bosques, de verdes casi fluorescentes, se mezclan con unos inmensos salientes de roca, los denominados Roques, que se convierten en auténticas sorpresas a lo largo del camino.