Es bastante común que, a la hora de comer, las personas prioricemos el buen sabor que se consigue en las comidas antes que los efectos negativos que estas podrían causarle a la salud.
Muchas veces revisar el contenido nutricional o investigar sobre los alimentos combinados no forma parte del proceso culinario. Lamentablemente, la desinformación fomenta la creencia de que todo lo delicioso es saludable.
Según el Estudio Nutricional de la Población Española (ENPE), publicado en la Revista Española de Cardiología de la Sociedad Española de Cardiología, el 53 % de los españoles padece de sobrepeso u obesidad. Entre las principales razones de esta preocupante cifra, se señalan las pésimas dietas y los malos hábitos alimenticios.
Dicha institución ha señalado que la gran parte de la población no tiene mayor conciencia sobre cómo debe constituirse una dieta saludable, por lo que procede a combinar los alimentos basándose primordialmente en el buen sabor.
Fruta después del almuerzo
Las frutas suelen considerarse de fácil digestión mientras no vayan acompañadas de otros platillos o bebidas. Las fibras presentes en las frutas pueden retrasar la ‘liberación’ de alimentos en el estómago.
Por ello, comer frutas como postre no es una buena idea, ya que complica las fases digestivas y hasta podría generar constantes dolencias estomacales.
Arroz integral con verduras
Es normal pensar que todos los alimentos sanos deben aprovecharse en un solo platillo, pues supuestamente no perderían sus propiedades y seguirían siendo óptimos para la salud. No obstante, el ácido fítico que se encuentra en cereales integrales (el trigo, el arroz, granos, etc.) no debería combinarse con ciertos minerales propios de los vegetales (como las verduras de hojas verdes).
Y es que cuando el ácido fítico se une a determinados minerales, estos difícilmente se absorben en el intestino.
Cereales y refrescos
Según advierte Katrine Rubæk de Sundt, aunque hay cereales ricos en vitaminas y minerales, su aporte nutricional disminuye cuando estos se acompañan con refrescos y bebidas que tienen aditivos conservantes y fosfatos. Las sodas, gaseosas y bebidas similares obstaculizan la correcta asimilación de vitaminas como el magnesio por parte del organismo.
Legumbres y carnes rojas
Existe una amplia variedad de platillos que mezclan las legumbres y las carnes rojas. Es posible que en todos los países del mundo exista al menos un plato que junte algún tipo de legumbre con carnes rojas.
Las legumbres son semillas muy pesadas para los procedimientos digestivos, por lo que no deberían de combinarse con alimentos altos en proteínas, que a su vez también son difíciles de asimilar. Las mejores propuestas culinarias para acompañar a las legumbres son las verduras estofadas del tipo no alcalino.
Pulpo con patatas
El pulpo con patatas es una de las mezclas preferidas en la gastronomía hispana. Sin embargo, reunir proteínas con almidón puede causar una digestión incómoda. Se recomienda sustituir las patatas fritas o cocidas por pimientos, ya que podrían presentarse dolencias gastroesofágicas.